• Ofrecer al paciente que busca Cirugía Plástica, una posibilidad de cambio, mejorando uno o varios rasgos de su fisonomía, cuando éstos son necesarios por el propio deseo estético del paciente, como es el caso de la Cirugía Estética, y cuando también son necesarios para mejorar un funcionamiento de alguna parte del cuerpo, o reparar lo que la adversidad ha deformado, ya sea por un tumor de cualquier índole, una deformidad congénita no esperada, o un accidente.

• Ofrecer a mi paciente un trato humano, afectuoso, y de respeto, como quisiera recibir yo mismo.

• Usar mi creatividad, dedicación, concentración y los conocimientos y estudio que estén a mi alcance, para diseñar lo mejor posible este cambio.

• Ofrecer a mi paciente, no solo esta posibilidad de mejoría, sino hacerle sentir la tranquilidad de que tengo la experiencia basada en años de trabajo en otros casos iguales, o bien, que, aunque no tenga la experiencia particular en ese caso, cuento con el aprendizaje de casos similares.

• Ofrecer a este paciente, un costo adecuado a su posibilidad, basado en el grado de dificultad, el tiempo de su operación, y la necesidad de usar materiales, instrumentos o sustancias fuera de lo usual.

• Ofrecer al paciente la mayor seguridad para su bienestar, con una evaluación precisa y detallada, valorar su estado de salud general, solicitarle los análisis de laboratorio y gabinete que sean necesarios, y proporcionarle las ventajas de un Anestesiólogo calificado, para evitarle al máximo el dolor.

• Operarle en un sitio seguro, higiénico, y adecuado a sus posibilidades, aprobado por las Autoridades de Salud y el sentido común de nuestra comunidad de Cirujanos Plásticos.

• Dar la cara ante cualquier eventualidad que se presente durante y después de su cirugía.

• Dedicarme a estar actualizado en los conocimientos, habilidades, publicaciones y nuevas corrientes en mi especialidad, acudiendo periódicamente a cursos y congresos de educación médica continua.

• Utilizar sustancias, materiales, instrumentos, implantes, y medicamentos, de la mejor calidad posible, los mismos que desearía para mi y mi familia.

Por último, en aquellos casos de pacientes que tienen expectativas irreales, ser directo y genuino aclarándole aquellas que puedo modificar por mi experiencia, y aquellas que no. Motivar a mi paciente a buscar una segunda o tercera opinión, antes que quererle convencer de que lo que le propongo es único e irrefutable.